domingo, 31 de agosto de 2008

SUEÑOS, TEMORES Y REALIDAD

Mis recurrentes experiencias oníricas en las cuales soy atacada a tiros hasta casi morir, me han dejado una ligera paranoia. Esto lógicamente se refuerza con la inseguridad que provoca vivir en un país tan violento como éste. Sin embargo, no por ello salgo a la calle en un vehículo blindado, usando un chaleco antibalas y un ridículo casco para protegerme.

En mis sueños, he muerto tres veces a causa de taquicardia. Mi esencia ha visto su material jaula reposada inerte en el piso. En la vida real, he sentido mi corazón latir anormalmente en diferentes circunstancias. Sin embargo, aún así no logro motivarme para hacer ejercicio y dejar de fumar.

He soñado que voy al cielo y hablo con Dios. Temo no llegar al cielo cuando muera, pero esto sólo me motiva momentáneamente para ir a la iglesia y hacer lo correcto.

Le temo a los embarazos, y más bien he pensado en adoptar uno o dos bebés en el futuro, pues no puedo concebir como sería mi vida estando nueve meses sin probar un sorbo de alcohol o aspirar humo hasta que llegue a mi cerebro y me haga sentir relajada. Pero temo que mi potencial personalidad adictiva incremente, más bien quiero liberarme de ella pero no lo he siquiera intentado.

No quisiera cambiar, pero temo que mis malos hábitos cobren la factura a mi salud. Aún no logro motivarme lo suficiente para cambiar, pero temo experimentar algo grave que me haga finalmente dar un giro a mi vida.

¿Son acaso los sueños un extraño mecanismo de prevención para tomar mejores decisiones? No quiero que mis pesadillas ni temores se hagan realidad, pero ¿Qué haré para evitarlo? Las respuestas son obvias, pero no son fáciles de tomar. Cambiar para ganar es lo último que diré en estas líneas.

No hay comentarios: